Me veo en la obligación moral de comentar uno de los últimos actos de la estupidez de estos nuevos tiempos y la bajeza mental que muestran muchos al estar en presencia de la arquitectura sublime que aún se mantiene en pie.
Hace unos días se hizo viral, cosa que detesto ya que les da minutos de gloria a engendros sociales con cultura limitada. Un vídeo de una turista que pasándose por el forro las peticiones y prohibiciones, subió por las escaleras de los dioses o los reyes serpiente, simplemente para bailotear y mofarse del resto de visitantes respetuosos con la historia y el significado de un viaje cultural.
Creo que es necesario y a mi pesar cada vez estoy más convencido de ello... Que hay que empezar a endurecer de algún modo estos actos no solo vandálicos sino que a su vez denigrantes para la evolución cultural de la sociedad.
Estos actos así como los profanadores del dibujo grafiti en templos de la antigüedad o aquellos que ahora han puesto de moda sus reclamaciones a base de intentar destruir obras de arte con pintura o pegando las manos en los marcos y paredes de museos.
Soy el primero en defender el derecho a reivindicar las creencias, ideas políticas, a manifestarse y reclamar lo que sea a gusto de cada cual. Pero fielmente hay modos más importantes y menos nocivos para la cultura.
A más el efecto causado es en contrapartida a sus reclamaciones ya que la sociedad no pensara en sus causas pero si en los efectos que sus actos causan. Dejando así en más que segundo plano el motivo que les lleva a eso.
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