Al paso del tiempo, la creencia del yo como fuerza mayor en lo que a capacidad se refiere se desdibuja dando pie a diferentes versiones y vertientes de aquella creencia que te hace seguir en el desempeño del camino y la realización personal, la extravagancia de tu pirámide de maslow ahora convertida en un poliedro difícil de definir, te lleva a comprender en que lo realmente importante es la capacidad de adaptación, tu capacidad de asimilar y rentabilizar las opciones de las que eres poseedor. Tal vez la idea de no poder realizar el mismo acto del modo en que ya era costumbre te resultará una batalla demasiado ardua, fuera de lo que te crees que está en tus posibilidades. Esa idea rondará sin duda alguna tu pensamiento empozoñando tu conciencia a una velocidad mayor que la que obtendrías al encontrar solución.
Fielmente se puede decir que los afluentes de nuestro río tiene una cartografía única en lo que a comparativa se refiere y por lo cual cada uno de nosotros debemos aprender cual y como es el mejor modo de navegar. Aprender de nuestro sistema y basar así el trayecto a realizar, no obstante es cierto que el recibir consejo siempre nos dará un punto de vista óptimo. Ya que es cierto que necesitamos de la aprobación externa de lo que sabemos y muchas veces no somos capaces de reconocer.
Nos obligamos al avance continuó, al no soltar las riendas y seguir así martillando contra todo yunque y muro que se nos presente.
La importancia es saber que la capacidad siempre dependerá de los factores más crudos de la más dura realidad. Sin nosotros como aliado principal en nuestra batalla personal... La guerra será más duradera de lo planteado. Y si es cierto que nos podrán ayudar, guiar, aconsejar. Nos podrán incluso solucionar la papeleta, pero como dice aquel viejo dicho popular. Es mejor saber pescar. Y nuestro anzuelo siempre se afilará gracias a la piedra que será siempre nuestra confianza en nosotros mismos.
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