lunes, 10 de abril de 2023

Solución o indiferencia... que decides?

Encuentro necesario hacer una reflexión sobre el uso que damos a las redes sociales y comunicación directa. Vivimos en un tiempo en que la libertad de expresión está siendo víctima de la falta de comprensión de la misma ya que partimos de la base de una falta de valores que nos lleva a pensar que todo vale con tal de decir lo que pasa por la mente. Vivimos en un tiempo de impulsividad en la que el factor slogan está haciendo mucho daño. Esta sociedad en la que se visualiza y recuerda más una frase impactantes que un contexto o una explicación detallada. Una sociedad en que se a cambiado la importancia de la comprensión y el respeto por la presión el insulto, el movimiento autodestructivo de odio al entorno y de aniquilación a quien no tenga las mismas ideas, gustos que nosotros, es diferente o simplemente no llegamos a comprender.

Y en vez de fomentar una cultura del respeto y la comprensión, optamos por descalificar, insultar, vejar y mofas varías. No siendo conscientes, ni preocupándonos en absoluto del efecto que las palabras pueden causar, muchas veces más que los actos.

Fomentamos el levantar el hombro y el desprecio, fomentamos la sociedad partida en gethos culturales en vez de intentar buscar los puntos en común.

Nuestros jóvenes son víctimas de la desidia de los padres que ven como sus hijos se ríen del resto y no actúan.

Como se insulta a los mayores e incluso se desprecia a quienes les podrían aconsejar de cómo es mejor vivir. 

Como se fortalece la idea de que es divertido ver hasta dónde pueden hundir a alguien moralmente.

Como se busca el crear a verdaderos seres vacíos de cultura.

Como no se enseña a la gestión de sentimientos, como nuestros pequeños caen cada vez más en las garras de la depresión debido a su entorno.

Estamos en una sociedad en la que la figura tanto de los progenitores como los educadores a pasado a ser más alto absolutamente irrelevante, despreocupada y poco activa ante los problemas de los hijos, alumnos etc que fielmente tiene un fin lamentable.

Nos hemos olvidado de nuestros mayores, les despreciamos como un simple grupo social que estorba. Cuando podemos aprender de ellos grandes lecciones que no aparecen ni en los libros ni en la cultura popular actual, hemos perdido el placer de escuchar sus vivencias y disfrutar del conocimiento de causa de antaño.

De los enfermos solo conocemos que hay muchos y cada vez más y no pensamos en que se puede hacer por ellos, no valoramos su dolor ni sus problemas, pues pensamos que eso no es nuestro problema, y decimos aquello de que se ocupe otro. Olvidando que un día podemos ser nosotros.

De las causas injustas nos apartamos totalmente ofreciendo nuestra indiferencia total y desprecio no vaya a ser que nos manchemos las manos con problemas, olvidando que las causas solo son perdidas cuando dejamos de luchar por ellas.

Nos ponemos las manos a la cabeza por lo que está de moda y es noticia siendo una anécdota en pocos días y olvidando la indignación que nos causó o dijimos que nos causaba por seguir la masa. Y no nos volvemos a implicar ni preocupar.

Nos sentimos solos pero no hablamos con nuestro entorno de cómo nos sentimos.

Fielmente creo que es hora de empezar a reformar las bases de esta sociedad pues está en nuestras manos lograr mejorar el mundo.

Por suerte tengo la sensación de que cada vez cuesta menos encontrar quien se da cuenta de la necesidad de formar parte de la solución y así erradicar las carencias sociales, culturales y morales en las que vivimos.

1 comentario:

  1. Las sociedades lentamente se van deshumanizando, perdemos valores tradicionales que nos transmitieron nuestros mayores al romper la cadena y no transmitirlos a las futuras generaciones, en aras a una modernidad que raya muchas veces el ridiculo...

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