Conoceremos un poco del mundo del Kintsugi, la reparación de alfarerías y cerámicas mediante una amalgama de resinas del árbol urushi con materiales preciosos tales como el oro o la plata.
Lo cual da una visibilidad de la fractura y crea aquella norma principal del wabi-sabi, la belleza de la imperfección. Demostración del potencial de superación del alma humana ante el dolor y la rotura.
Y nos lleva aquellas preguntas que nos darán las claves.
¿Qué heridas tengo/tenemos que reconstruir?
¿En qué “objeto” hermoso quiero/queremos convertirnos? ¿Para qué?
¿Con que emociones me voy /nos vamos a conectar?
¿Qué preciso/precisamos para conseguirlo?
¿La que voy/vamos a tener que renunciar?
¿Qué permisos me voy/nos vamos a conceder?
¿Qué me/nos va a hacer más fuerte/s?
¿Cuándo puedo/podemos comenzar a hacerlo?
¿Cuánto tiempo me voy/nos tenemos que dar?
¿Con quién puedo/podemos contar en ese delicado proceso?
¿Qué cursos de acción tengo/tenemos que desarrollar para conseguirlo?
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