Gracias al buen uso y gestión de algunos perfiles que encontramos en redes sociales vemos una divulgación del mundo del arte que convierte nuestros momentos de ocio en algo sumamente constructivo. Ejemplo de ello lo tenemos en aquellos estudiosos del arte que mediante sus perfiles nos dan sus experiencias y opiniones ante grandes obras de la humanidad.
Actualmente mi ataque de Stendhal se lo debo a la difusión de una de las obras menos conocidas de Vincent Van Gogh.
La Ronda de los presos
pintado durante su estancia en el sanatorio mental de Saint-Rémy-de-Provence en 1890 y conservado en el Museo Pushkin.
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En esta increíble obra podemos deleitarnos del resultado más íntimo del artista, ante su reclusión voluntaria ante las numerosas consecuencias de su enfermedad psicológica. Dando unos toques melancólicos a su obra más común. Aunque sin dejar atrás su tipografía y su gamma de colores característicos.
Sus pinceles dieron otra dimensión a su transición de azules, verdes, amarillos y su repunte en negro. Dando un paso de la majestuosidad a un sentimentalismo más cercano al realismo.
Gracias algunos de esos divulgadores encontramos bellos detalles de la calidad humana del artista que nos adentran en el análisis de su psicología más profunda, como el detalle de las pequeñas mariposas que revolotean ante los barrotes de una de las ventanas elevadas del patio. Ajenas al dolor o bien muestra de la libertad y esperanza deseada por el artista.
En mi opinión una pequeña oda a su condición de libre reclusión y su potencia mental. Dado que a diferencia de lo que se cree debido a las lacras sociales, los enfermos de esquizofrenia o depresión en muchos casos poseen un alto coheficiente intelectual y una riqueza en su mundo interior increíble. El trazo de las mariposas indica que bien fue un detalle en el cual no quiso hondar, en pro de dirigir la mirada a lo más importante de la escena. Los detalles de las caras de dolor y melancolía de los paseantes, nos muestra el mensaje más poderoso, ya que al observarlas al detalle, nuestra mente vuela imaginando y sintiendo la historia de cada uno de los personajes que deambula meditatabundo por el escuálido patio de recreo.
Los detalles son realmente extraordinarios. Y nos transportan a la realidad más dura de los reclusos, dado que en aquellos tiempos se mezclaban en confinamiento enfermos psiquiátricos de toda índole con los rehos más violentos en una búsqueda de limpieza de las calles y una política de aprovechamiento de las instituciones penitenciarias, sin pensar en las consecuencias que ello comportaba, eran duros tiempos con aún más duras circunstancias. Muestra de esta disparidad social la encontramos en el detalle de los miembros de poder que observan la bucólica imagen a modo de demostración circense del conflicto social. Podemos observar un potentado con su sombrero de copa dialogando con el rector encargado del sanatorio y un oficial el cual no pierde ojo del ganado humano. Pensemos un momento en el compendio de dolor que yace entre esos muros y lograremos entender la pasta de la que estaba hecha la humanidad en un pasado no tan lejano. Miremos cuan poco hemos cambiado socialmente, donde hemos llegado y sobretodo donde queremos llegar.
Digno momento de reflexión.
Para aquellos que deseen ver más busquen las siguientes hemerotecas de la cultura.
Dr. Eloi de Tera ( al cual dedicó mi agradecimiento por su vocación y su divulgación)
Arte para el Alma
Vincent Loving