domingo, 20 de octubre de 2024

Seremos pasado

Llegará el día en que mirarán nuestra existencia con ojos de entusiasmo, seremos redescubiertos y adaptados a los nuevos conocimientos de un mundo evolucionado a partir del nuestro. Formaremos parte de la historia posible contada desde un espectro de lo que ahora llamamos presente. Nuestros nombres serán olvidados, nuestros actos ignorados, nuestros pasos borrados del camino por vientos acumulados entre la maleza de lo que un día fuimos, la importancia que ahora  nos damos será simplemente irrelevante.

Alguno de nuestros objetos poco valorados pasarán a formar parte de estantes del museo del pasado, seremos objeto de curiosidad para aquellos que quieran saber de dónde vienen y a dónde van.

El olvido marcará las etapas de los libros de historia, y las guerras, los conflictos y los errores de la sociedad quedarán como simples anécdotas.

Una vez te planteas este futuro. Te das cuenta que más vale vivir con el entusiasmo de tu presente que con el sueño de una impronta en el futuro. Debemos vivir acorde a nuestra felicidad actual sin precipitar el paso del tiempo, el cual es inexorable ante nuestra existencia.

No se trata de tristeza, ni de hundimiento de las esperanzas, sino de la más cruda realidad.

Debemos vivir, debemos luchar por el día a día y dejar un bonito legado.

El nuevo Explorador

El mundo ha cambiado

Nos hemos vuelto adictos a la unión de conciencias más allá de la cercanía, hemos creado lazos de sangre con personas que no hemos visto más que en la distancia. Compartimos alegrías y penas de forma integra, de forma portentosa. Hemos olvidado muchos de los modos de vida que en antaño eran las más marcadas leyes de la humanidad. Hemos dejado atrás pretextos y conceptos que ahora parecen extravagantes. Hemos aprendido lecciones al observar a maestros sin escuela pero con vivencia. Hemos alcanzado un nivel de conocimiento tácito que nos eleva la conciencia, a la que sin duda es una union de humanidad, realmente necesaria en estos tiempos.

Debemos agradecer a los nuevos sistemas de comunicación y unión el potencial que ponen a nuestra disposición.

Como bien saben todos llevo mucho tiempo viendo como el mundo malgasta las posibilidades de sus herramientas actuales en simples para mí banalidades. La sociedad sacrifica sin medida la cultura, el conocimiento en pro de una diversión que simplemente distraiga sus mentes dejando a un lado tanto el ocio constructivo así como el crecimiento de su conocimiento.

Creamos conflictos entre nosotros en busca de ser mejores que nadie y únicos merecedores de importancia y relevancia, nos olvidamos fácilmente de aquello que nos hace iguales, que nos une en el mayor contexto moral que existe. A mí pesar la mayor parte de la humanidad ha perdido el afán de descubrir y comprender su entorno. Han olvidado la sensación de exploración, el valor del conocimiento y su expansión.

Por suerte, aún existen grandes referentes de la investigación, la exploración, aquellos sentimentalistas que miran el mundo con ojos de niño ante lo desconocido, aquellos que apuntan sus vivencias en libretos de viaje, aquellos que desean transmitir un mensaje al mundo, mensaje cargado de esperanza, de posibilidades, aquellos que destrozan las barreras que hemos creado en nuestro mundo, en pro de intereses destructivos nacidos de la prepotencia de los poderosos que se creen dominar la tierra.

Por suerte aún se escuchan pasos en el horizonte, manos en las grietas de las montañas más altas y suspiros ante la belleza que existe en el mundo desconocido.

Este escrito es una oda a los viejos exploradores que ahora renacen de las cenizas.