Aquellos tiempos de cuero seco atado con fuerza entre dientes de tu montura ante el amstil mas cercano, de botas pedantes por el barro seco de las tierras mas duras y pensamientos perdidos ante el beso agrio del mas fuerte licor.
Eran tiempos de conciencia ante la adverisdad, de tiempo que muere y nace... Viejos credos dignos de ser recordados.